“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.” Lao-tsé

martes, 10 de mayo de 2011

Leap of Faith.

Silencio a mi alrededor, como para bajar un cambio.
Hace tiempo que quería sentarme a escribir, el lápiz en la mano me hace pensar y acordarme de las cosas.
Al fin encuentro el rato.
De todos los centenares de cosas increíbles que me pasaron y que estuve haciendo estos días por estos nuevos pagos, no voy a decir nada de nada; porque lo que estuve tratando de meter en limpio es algo que todavía no me pasó.
Hace algunos días que estoy pensando en el regreso.
Supongo que un año viviendo afuera del país cambiará un poco las cosas para cualquier individuo normal. Para empezar, en lo que va del texto ya puse dos tildes graves y escribí "che" cuando en realidad tenía que escribir "que", y escribiendo esta misma línea ya subió la cuenta a tres veces. Ya significará algo, pero el idioma no es lo que me estuvo preocupando.
Bueno, tampoco es que estoy preocupada, pero estoy pensando en cosas.
Ahora les cuento.

Para empezar, pienso que no soy una de ésas personas camaleónicas que cambian según el grupo de compañía. Por lo menos no terriblemente, supongo que un poco de adaptación es normal.
Y me voy acercando al quid de la cuestión.
Venir a Europa y ser lo que me salió en el momento me salió muy bien, me siento cómoda conmigo misma siendo esto que soy en este preciso momento. La gente que conocí por acá, en su mayoría muy especiales todos, me conoce así como estoy/soy ahora.
El so called "problema" es que ya no me acuerdo si esto que soy ahora es lo que era cuando estaba en casa. Así que tengo un poquito de miedo.
Bueno, en realidad no es miedo por mí, porque si ya no era esto desde antes de venir acá, estoy conforme y me acepto a mí misma así en este bicho en el que (quizás) me he convertido.
Tengo muchas ganas de ver a todos mis compañeros de vida, de viaje, de aventuras que quedaron allá lejos en casa de Buenos Aires y en casa del pueblucho, los extraño un montón y me muero por compartir muchas más momentos!
Lo que me preocupa es volver siendo esto que soy ahora, que quizás no es lo que ellos esperan.
Y no pretendo amenazar a nadie, pero la verdad es que desde hace un tiempo ya, me importa un carajo lo que la gente espera de mí.
Igual, si hay algo que tengo claro en esta vida es que todo cambia, incluso las cosas que parece que no tienen remedio alguno; pero que las cosas que valen la pena siempre tienden a mantenerse en el tiempo, van y vienen y en general es para mejor porque dependen de las personas tolerantes, comprensivas y geniales que tengo el gusto de conocer.

Pero si se tiene que caer, se caerá; si se tiene que romper, se romperá; y es difícil arrepentirse de las cosas que se van porque a todos nos llega el cambio. A no ser que no queramos ver.


Mi cabeza cambia, mi corazón cambia, mi apariencia cambia, mi forma de hablar cambia. Me dolería en el alma pensar que cosas geniales que tenía antes de irme puedan terminar así de rápido, y tener que dejarlas ir en pos de seguir estando cómoda en este nuevo lugar en el que me encontré a mí misma.
Vivo feliz así, con lo que soy, con lo que hago, con lo que me gusta y con las cosas que no acepto ni aceptaré nunca.

Pero, mal que me pese, ahora me convertí en una outsider, me perdí muchos capítulos en las vidas de muchos amigos, por estar así de lejos.
Y así como las cosas cambiaron para mí, bien pueden haber cambiado para ustedes, y la cosa es que ninguno sabe con qué se va a encontrar en el reencuentro.

Y cómo tira casa. Es una locura. Tengo muchas ganas de volver, pero quiereo seguir siendo yo. Que seguro lo sigo siendo, pero no puedo evitar sentirme nueva.
Ya no quiero adaptarme a lo de siempre, no quiero volver a estar conforme con poco. Quiero que esta novedad también me siga a casa.

Entre las personas que me moví toda mi vida, desde primaria hasta el secundario, medio que siempre me sentí o en algunos casos fui "la rara". A lo largo de mi vida siempre hubo gente con la cual tuve así como clicks instantáneos de comprensión mutua, que dieron paso a geniales amistades.
Pero créanme, dar rienda suelta a mis extrañezas como hice acá, nunca lo había hecho.
Tengo todo el espacio que quiera para ser todo lo excéntrica que quiera, todo lo freak y todo lo nerd que se me cante. Quizás haya gente que me comprenda y gente que no, pero la realidad es que he descubierto que en efecto hay gente que me entiende.
Y no sólo me siento genial, sino que paso a paso voy descubriendo más extrañezas para compartir.
Lo que efectivamente no me siento, es capaz de volver a adaptarme pacíficamente a cosas que no me van, a no ser que tenga que hacerlo por deber. Y si hay algo que aprendí es que no "debo" hacer demasiadas cosas.

Así que nada, dando camino libre al cambio, a encontrarme en un extremo bastante alejado de mi mundo original. Y espero que todo esto no sea por las posibilidades que el continente viejo me ofrece, porque no sé si quiero volver a quedarme en casa portándome bien, o ir a lugares que no van conmigo porque tengo que estar, ni bancarme cosas que no pegan con mi cosmovisión de este universo.

Ya cada vez estoy más lejos de ser eso que se supone que tengo que ser, que ya había dejado de serlo.
Siento que estoy cada día más libre de ésas cosas terribles que te dicen de chico: que no hagas esto, que no hagas aquello, a ver qué dice la vecina de al lado, mejor que no te encuentre borracha y de fiesta por ahí, que se lo voy a decir a tu padre.

Y por último, no quiero ni tengo planeado volver atrás.
Willkommen, Bienvenue, Welcome; nueva vida.

Life is a Cabaret, old chum;
Come, hear the music play...

Quiéreme como soy, vida,
puro arte y corazón.


Y a ver si agito un poco más con el blog.