“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.” Lao-tsé

viernes, 25 de noviembre de 2011

Mujer Sensible

Para un nostálgico es muy difícil viajar.
Tantas cosas lindas, tantos recuerdos pasados
Tanta lluvia, tanta niebla y ése sol; tan pasados, tan hermosos...
Para un nostálgico es muy difícil estar presente siempre.
Será que somos personas un poco grises, medio lúgubres quizás;
rendidas en algún punto a estar atrapadas en una sociedad que ya se fue.

Mirando vidrieras de cosas que fueron y que, para bien o para mal,
no van a volver ni a pasar ni a ser.
Pero a los nostálgicos eso no nos interesa.
Sólo nos gusta verlo de afuera y de adentro
Todo al mismo tiempo
mirar, entender y pensar...
Pensar que la tristeza es hermosa,
que la felicidad es hermosa,
que la vida es hermosa.

Sí, cuando uno está triste
es más creativo.
Sí, cuando uno es sensible
es porque está dispuesto a crecer.
Sí, cuando uno se deja herir
es porque no quiere perder la esperanza.

Será que los Refutadores de Leyendas todavía no tuvieron éxito conmigo.
Castagnino, Mandeb, Allen y yo.
Veremos qué tal les va con esta Mujer Sensible.

domingo, 6 de noviembre de 2011

No.Blog #5: La ciudad

Hoy la ciudad se viste de amante. Despliega ante mis ojos su cabello de atardecer, tiñéndolo todo de luces y colores. Me seduce, me conquista con el beso de la noche. Una oscuridad desafiante y sensual, con ese aire de tango tan porteño y adornado de estrellas, las luces del centro me obligan a recordarte.
Y el mundo allí se derrumba.
Todo dura demasiado poco, todo se desvanece de pronto al percibir tu ausencia. Triste y gris, la nostalgia conquista el aire de la ciudad llenándome los pulmones de tristeza. Se escabulle hasta los más recónditos rincones del mundo, y te encuentro en todos lados. Llueve sin descanso, y siempre caigo en el mismo pozo de cemento gris que en nada se parece a tus atardeceres.

Te encuentro y te pierdo en el centro de mi inconsciente. El viento frío, el humo denso. La dureza de la oscuridad, mis sábanas vacías. Todo me lleva a vos. La distancia me apresa, me asfixia, me desespera; como el fondo del mar, como el vacío, como una bolsa de plástico.
Mi artificial vida sin sentido me aniquila sin prisas, con mucha paciencia... El tiempo se alarga, como un ovillo infinito del que no me voy a poder agarrar nunca. Así pasan de largo las noches, observando mi tortura con una pequeña sonrisa cruel.

Con la mañana llegan ilusiones de un nuevo atardecer brillante, pero sé que el eclipse seguirá.


Buenos Aires te extraña, se viste de pena y de vacío; ajena y triste sin vos.
Igual que yo.