“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso.” Lao-tsé

domingo, 6 de noviembre de 2011

No.Blog #5: La ciudad

Hoy la ciudad se viste de amante. Despliega ante mis ojos su cabello de atardecer, tiñéndolo todo de luces y colores. Me seduce, me conquista con el beso de la noche. Una oscuridad desafiante y sensual, con ese aire de tango tan porteño y adornado de estrellas, las luces del centro me obligan a recordarte.
Y el mundo allí se derrumba.
Todo dura demasiado poco, todo se desvanece de pronto al percibir tu ausencia. Triste y gris, la nostalgia conquista el aire de la ciudad llenándome los pulmones de tristeza. Se escabulle hasta los más recónditos rincones del mundo, y te encuentro en todos lados. Llueve sin descanso, y siempre caigo en el mismo pozo de cemento gris que en nada se parece a tus atardeceres.

Te encuentro y te pierdo en el centro de mi inconsciente. El viento frío, el humo denso. La dureza de la oscuridad, mis sábanas vacías. Todo me lleva a vos. La distancia me apresa, me asfixia, me desespera; como el fondo del mar, como el vacío, como una bolsa de plástico.
Mi artificial vida sin sentido me aniquila sin prisas, con mucha paciencia... El tiempo se alarga, como un ovillo infinito del que no me voy a poder agarrar nunca. Así pasan de largo las noches, observando mi tortura con una pequeña sonrisa cruel.

Con la mañana llegan ilusiones de un nuevo atardecer brillante, pero sé que el eclipse seguirá.


Buenos Aires te extraña, se viste de pena y de vacío; ajena y triste sin vos.
Igual que yo.

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